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Foto del escritorMelquizedek

Los 7 pecados Capitales de un Iniciado

Primer pecado: La doble ignorancia

Sin duda este uno de los pecados más graves para el Iniciado. Es el prototipo del iniciado que se vuelve obtuso y cree que todo le viene por gracia divina o por favores recibidos. Nunca tiene un mensaje convincente —además de ser excesivamente negativo— y, por el contrario, vive en las nebulosas al considerarse un «iniciado exquisito y dueño de la verdad y la palabra» porque alguna vez se leyó el Ritual y como no logró asimilarlo, recurre a las trampas del rumor y de la mala voluntad hacia sus Hermanos.


Segundo pecado: El individualismo

Al igual que la ignorancia y la superstición, el individualismo es otro de los males que aquejan al iniciado. Un iniciado individualista, suele ser valorado negativamente por sus Hermanos del Taller, ya que se cree que piensa sólo en sí mismo y no le interesa qué pasa en su entorno o no le gusta trabajar en grupo y llega a los extremos de ser un egocentrista, porque él «se las sabe todas». Cuando lee algo lo asimila sólo para su consumo interno, filtra los conocimientos que adquirió de Internet y se agarra de la mórbida frase: «Bajo, copio y pego, luego existo».


Tercer pecado: La ceguera iniciática

Este pecado recae sobre el iniciado que no ve nada más allá de lo que asimila cuando se indigesta con ciertos libros de autoayuda, de un «esoterismo» fanático que, al final, echa por la borda los principios y el código moral iniciático.

Es el típico personaje que se trasmuta con el humo de las varillas de incienso y se cree un santurrón cuando lo observa alguno de sus Hermanos o evidencia la presencia de ellos. La «ceguera iniciática» es esa mezcla de pseudo esoterismo —falso conocimiento interior— con cuestiones de brujería y de un «conocimiento» esotérico aprendido de los libros llamados «ocultos» y de los best sellers de autoayuda.


Cuarto pecado: El miedo ficticio

El síndrome del «miedo ficticio» hace referencia al «hombre que tiene miedo sin peligro e inventa el peligro para justificar su miedo». Es el "Juan sin Miedo" del Taller en el léxico iniciático que circula prediciendo amenazas y frases fatídicas, como aquello de que el mundo se va a extinguir, que nos vigilan los Jinetes del Apocalipsis, que nos abruma un mundo sombrío y pare de contar.

El miedo ficticio es incompatible con el trabajo en el Taller iniciático, porque tiene un doble efecto: Uno, vemos cosas que no existen y que dispersan el trabajo en las Logias y, dos, esparcen una carga de negatividad en los Talleres. Como decía alguien por allí, el miedo es un sentimiento, la valentía es un comportamiento y entre el sentimiento y el compartimiento, estamos nosotros los iniciados.


Quinto pecado: La superficialidad

Este pecado alude a quien presume alcanzar objetivos, pero que jamás son justos o equilibrados. Cuando habla en Logia, abusa de su sarcasmo y no escucha la opinión de los demás. Siempre está de brazos cruzados y no hace nada para glorificar su templo interior. Este pecado es parecido a la Pereza. El iniciado perturbado por este pecado no admite sus errores y se siente satisfecho al no avanzar en los grados iniciáticos. Vive aferrado al pasado o cuando ocupó determinados cargos en el Taller. No se adapta a los cambios. Cuando presenta un trabajo y ve que nadie se considera «satisfecho» arranca en ira y se jacta de que está rodeado de mentes insulsas. Lamentablemente, este Hermano no conoce los niveles de la Tolerancia.


Sexto pecado: La prepotencia

La prepotencia es aliada de la arrogancia, la imprudencia y la soberbia. Este pecado, hace que la persona o iniciado que incurra en ella, y quien además de indeciso, es indisciplinado y pierde el tiempo en banalidades. Hace caso omiso al estudio y la investigación. Se jacta de ser un superdotado.

Puede tener cierta instrucción pero no es culto y allí viene el desliz que declina su balanza. Cuando puede emite un comentario irónico, sobre todo cuando un Hermano de su Taller alude cierto tema que él no comparte. Tampoco comparte su conocimiento para sentirse más importante, pero «nadie vale más que otro sino hace más que otro».


Séptimo pecado: La negatividad

«Yo te dije que eso no iba a funcionar». Así controla sus emociones una persona negativa. Un artista genial como Groucho Marx decía: «Es mejor permanecer callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente». Desde el punto de vista filosófico, una persona negativa es un ser humano que no puede controlar sus sentidos.

Una persona negativa es un ser lleno de prejuicios, donde predomina la estupidez antes que su lado racional. La negatividad tiene algo de la Envidia. Que nos libren de un Hermano negativo que suela llegar hasta el extremo de la soberbia.


Entonces hermanos los exhorto a hacer una introspección en lo que estamos haciendo, si somos congruentes con lo que decimos y con nuestros actos, porque decir es fácil, pero las cosas no se dicen, se hacen, entonces, los invito a que participemos hermanos, trayendo trabajos, opinando en los talleres de Logia, llevando una vida sana, meditando, ayudando al hermano, ser austero, ser justo, etc. Siendo congruentes con lo que somos, Iniciados de acción y no sólo de palabra.


Pax y Bien

Lissette Berenice González Ruíz


Tomado de: https://www.diariomasonico.com/planchas/los-7-pecados-de-un-mason

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