por Arcelia Aviña
En octubre del 412 a.C. muere Teófilo, cuya conducta violenta y autoritaria será seguida por su sobrino y sucesor Cirilo, quien es aún más intolerante, lo que provoca resentimiento entre los paganos, judíos y grupos eclesiásticos de Oriente, quienes abandonan Egipto, además de por el hostigamiento al obispo de Constantinopla Juan Crisóstomo.
Hipatia disfruta de plena independencia intelectual y de la tolerancia de las autoridades eclesiásticas, pero con Cirilo ansioso de poder, empieza una envidia incontrolable por el seguimiento de gente tan importante a Hipatia.
Cirilo retira todos los derechos a sus obispos y se vuelve contra los judíos a quienes atacan un sábado durante una celebración. Estos se quejan con Orestes y Cirilo hace lo mismo. Una noche los judíos contraatacan al dar la alarma de que se quema su iglesia y matan a muchos cristianos. Al día siguiente Cirilo arremete contra la sinagoga y además permite el saqueo de las propiedades judías y los echa de la ciudad.
Orestes informa de los incidentes al emperador, sin que Teodosio actúe. Un día que Orestes cruza la ciudad, lo insultan acusándolo de paganismo, sus explicaciones de que es bautizado no sirven y un monje Amonio le da una pedrada en la cabeza, detienen a este y lo torturan provocándole la muerte; automáticamente Cirilo lo declara mártir y manda un informe a la cancillería imperial. Las actividades del patriarca encuentran un sólido respaldo en personas influyente de parte de Cirilo.
Hipatia apoya a Orestes y esto termina en difamación del pueblo contra ella. Cirilo la presenta como bruja negra provocando un miedo irresistible entre la gente ordinaria que está dispuesta a actuar de manera violenta y despiadada y cuentan que su primer víctima es Orestes que ha dejado de ir a misa por su causa.
Dirigida por Pedro, un clérigo, una multitud ejecuta el crímen un día de marzo de 415 durante la cuaresma: ella regresa a casa de su acostumbrado paseo por la ciudad y la plebe la saca del carruaje, la arrastra hasta la Iglesia de Cesarión y na vez allí le arrancan la ropa y la desollan viva con unas conchas de mar y luego arrastran su cuerpo fuera de la ciudad a un lugar llamado Cinaron para quemarlo.
Orestes es destituido y no se vuelve a tener noticias de él, todas las demás personas se rinden al patriarca porque ha destruido los últimos restos de idolatría.
Sócrates dice que ese asunto ha llenado de oprobio no solo a Cirilo, sino a toda la Iglesia de Alejandría. Se orquesta una campaña de encubrimiento para proteger a los perpetradores y posteriormente se nombra Doctor de la Iglesia a Cirilo y con el tiempo se le Santifica.
Actualmente luchamos contra ese silencio con los fragmentos existentes, emprendemos la tarea de reconstruir la vida y los méritos de Hipatia.
コメント