por Erika Contreras
Nombre del sendero número seis: inteligencia mediadora o inteligencia de mediación, esta esfera sirve de mediador entre lo superior y lo inferior, entre lo divino y lo mundano.
Símbolos que le representan: La Rosa-Cruz, el Lamen, la Cruz del Calvario, la Pirámide Trunca, el Cubo, Chakra Anahata, correspondiente al plexo cardiaco, localizado sobre el corazón.
A Tipharet se le asignan todos los dioses sacrificados: Krisna, Jesús-Cristo, Quetzalcóatl, etc. Se le relaciona con la segunda persona de la Trinidad, es el redentor que desciende hasta la humanidad cada dos mil años, para traer mensaje divino de viva voz, por esta razón se llama 'Centro Crístico'.
Las iluminaciones que consisten en la visión de una intensísima luz blanca que ciega de tan brillante corresponden al contacto con a esfera de Kether, los arrebatos místicos que producen éxtasis son debidos al contacto con le esfera de Tiphared, las revelación de imágenes formas y figuras son producidas por la entrada en la esfera de Yesod. Las primeras producen una sensación de unidad total entre todos los seres y elementos de la creación, son sentidas por los hombres más elevados, de devoción pura. Las segundas producen en arrobamiento y éxtasis, donde se tiene la sensación de que Dios se ha fijado en su siervo y le ha hablado, son logradas por hombres y mujeres de temperamento místico entregadas a la devoción del Hijo. Las terceras producen visiones astrales, premoniciones, proyecciones de imágenes y figuras, etc. Son logrados por psíquicos, mediums, chamanes brujas, etc., los cuales rinden culto al Espíritu Santo.
La forma de magia más elevada es la Teúrgia, que significa energía de Dios. Solo la consiguen dominar los grandes Magos o Grandes Iniciados que entran en contacto con la esfera de Kether. La forma de magia intermedia opera mediante la fe a través del Hijo, por medio de ruegos, peticiones, mantras, oraciones e invocaciones, entrando en contacto con le esfera de Tipareth. La forma inferior de magia o Goecia, magia de la Tierra, opera poniendo a obrar los espíritus de la naturaleza dirigidos por el Espíritu Santo y las huestes llamadas Malakimo Reyes.
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